Frei Denker

15.10.06

i


Y fue en aquel instante cuando dejé de ver su penumbra. Vertiginosamente todo se desintegró y formó una muralla de hielo. El sol nunca surgió para derretirla. Esa mole se redujo a sólo eso, la nada pasó a ser todo, hasta nuestro todo. Ese paredón era de lágrimas, sudor, aliento, latidos…. De un segundo a otro el entorno se quebró. Habían pasado segundos y eternidades de ¡tanto!… de una armonía falsa, un hipócrita respirador artificial. Sin siquiera golpear la puerta entró groseramente, mostró una firma líquida rubricada en el cielo y se lo llevó arrastrando sin piedad. Pero fue un regalo, quizás el más preciado que pude obtener en vida, en el abismo a la impotencia.


ii

A veces los respidarores artificiales no provocan más que un daño crónico. El oxígeno es monóxido. El corazón ya no puede latir más. La agonía evolucionada en muerte es la mejor de las formas del ser.

http://fueradefocoysubexpuesta.blogspot.com

A juggler IN THE MOON 5:12 p. m. .

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