15.10.06
i
Y fue en aquel instante cuando dejé de ver su penumbra. Vertiginosamente todo se desintegró y formó una muralla de hielo. El sol nunca surgió para derretirla. Esa mole se redujo a sólo eso, la nada pasó a ser todo, hasta nuestro todo. Ese paredón era de lágrimas, sudor, aliento, latidos…. De un segundo a otro el entorno se quebró. Habían pasado segundos y eternidades de ¡tanto!… de una armonía falsa, un hipócrita respirador artificial. Sin siquiera golpear la puerta entró groseramente, mostró una firma líquida rubricada en el cielo y se lo llevó arrastrando sin piedad. Pero fue un regalo, quizás el más preciado que pude obtener en vida, en el abismo a la impotencia.
ii
A juggler IN THE MOON 5:12 p. m.
.
0 Comments:
Estadisticas de visitas