5.8.05
(...)desvanece
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Sus acelerados y cortos pasos chocaron. Fueron derribados súbitamente. Una repugnante conjunción de colores, matices y formas se enfrentó a ellos. Y ya nada importaba. Añicos se hicieron las delgadas agujas de los relojes del universo en el que ella hurga día a día serias fantasías. Era la imagen más horrible jamás antes conocida por esos ojos dichosos acostumbrados a observar una belleza sublime en lugares abstractos… o no tanto. Figuras extra terrestres contempladas ansiosamente por una visión apasionada se disiparon al instante. Imposible evadir la ceguera que provocó tal efigie, imposible contradecir su verdad, imposible no componer ese recuerdo… imposible rearmar segunderos de arena seca. Un sentimiento de asfixia intolerable se adueñó de ella, de su mente y de su cuerpo. Se marchó con la noción del rencor, la venganza y el odio efímero que provocó una compleja y nauseabunda escena.
Se desvanecieron los exiguos riesgos de volver a las sombras remotas. Pero debía resurgir de la espesa túnica que cubría su cuerpo y su mente y que no la dejaba respirar.
Las figuras espaciales dieron a luz al arribo a la eterna esfera brillante y el remolino húmedo se apropió de su alma y la acercó a la más dulce de las realidades. Verdaderos utópicos en las lejanías de las sombras y del sol, que ambos volvieron a ver exhaustos de recorrer lo maravilloso de su destino.
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Sus acelerados y cortos pasos chocaron. Fueron derribados súbitamente. Una repugnante conjunción de colores, matices y formas se enfrentó a ellos. Y ya nada importaba. Añicos se hicieron las delgadas agujas de los relojes del universo en el que ella hurga día a día serias fantasías. Era la imagen más horrible jamás antes conocida por esos ojos dichosos acostumbrados a observar una belleza sublime en lugares abstractos… o no tanto. Figuras extra terrestres contempladas ansiosamente por una visión apasionada se disiparon al instante. Imposible evadir la ceguera que provocó tal efigie, imposible contradecir su verdad, imposible no componer ese recuerdo… imposible rearmar segunderos de arena seca. Un sentimiento de asfixia intolerable se adueñó de ella, de su mente y de su cuerpo. Se marchó con la noción del rencor, la venganza y el odio efímero que provocó una compleja y nauseabunda escena.
Se desvanecieron los exiguos riesgos de volver a las sombras remotas. Pero debía resurgir de la espesa túnica que cubría su cuerpo y su mente y que no la dejaba respirar.
Las figuras espaciales dieron a luz al arribo a la eterna esfera brillante y el remolino húmedo se apropió de su alma y la acercó a la más dulce de las realidades. Verdaderos utópicos en las lejanías de las sombras y del sol, que ambos volvieron a ver exhaustos de recorrer lo maravilloso de su destino.
A juggler IN THE MOON 12:14 a. m.
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1 Comments:
Todo esto es muy bonito. Te gustaría leer mucho a Carlos Castaneda. Sólo una recomendación...
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